La interacción entre el mundo de nuestros cuerpos y el mundo de nuestros lugares de vivienda siempre es un flujo, es posible concebir la circulación como el hilo perceptivo que vincula los espacios de una cierta arquitectura, (interior o exterior).
Partiendo de esta premisa y de la definición de artefacto entendida como algo con una función y un cierto valor estético, proponemos un mecanismo compuesto por una red tridimensional de ascensores, cubriendo la necesidad de desplazamiento en nuestra ciudad, dándonos la oportunidad de movernos en cualquier dirección, (vertical, horizontal o diagonal), para poder desplazarnos a cualquier sitio, dentro de los propios edificios o desplazándonos hasta los diferentes núcleos de ciudadelas.
De esta forma nuestros cuerpos y movimientos mantienen un dialogo ininterrumpido con nuestros edificios, (nuestro ser queda de forma constante encuadrado en el espacio).
José María Pérez Reyes
Fernando Díez Cantero
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